Jesús, maestro bueno,
enséñame el camino
para vivir solidariamente.
Ayúdame a convertir
mi corazón duro
en un corazón sensible
y cercano a los que sufren.
Enséñame a ver
el dolor, el sufrimiento,
y las necesidades de los demás.
Enséñame a ser solidario.
A vivir el amor de verdad
y a construir la justicia y el Reino.
Ayúdame a dedicar tiempo
a atender a los que sufren
y a los que me necesitan.
Enséñame a descubrir tu rostro
en el que pasa hambre,
o sufre sed o frío,
o está desnudo,
enfermo o en la cárcel.
Enséñame a verte
en los despojados
que viven al lado del camino
en nuestra sociedad de hoy.
Enséñame a ser solidario
compartiendo lo que tengo,
que no es mío,
sino regalo y don tuyo.
Que mi fe
pase por las obras concretas.
y no se quede en palabras.
Jesús, ayúdame a seguir tus pasos
y ser tu discípulo por el camino
de la solidaridad activa
y el compromiso
con la vida de los demás.
Marcelo A. Murúa
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