LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


miércoles, 26 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE


Con frecuencia , los demás son irrazonables, ilógicos y egocéntricos…
Igual Perdónalos
Si eres amable, te acusarán de serlos por motivos egoístas…
Igual se amable.
Si triunfas te ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos…
Igual triunfa.
Si eres franco y sincero, te pondrán engañar…
Igual sé franco y sincero.
Alguien podría derribar de la noche a la mañana lo que tardaste años en construir…
Igual constrúyelo.
Si alcanzas dicha y serenidad algunos podrían sentir envidia…
Igual sé feliz.
Muchos olvidarán mañana el bien que hagas hoy…
Igual haz el bien.
Aporta al mundo lo mejor que tengas y quizás no llegue a ser suficiente…
Igual apórtalo.
Al final solo tendrás que dar cuentas a Dios.
Nunca tendrás que darlas a nadie más
Eso ya lo sabías.
                                                                            Teresa de Calcuta

martes, 25 de junio de 2013

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO


Seguir a Jesús. El Camino
         Los evangelios de los domingos 13 al 31 del tiempo ordinario están tomados de la segunda parte de Lucas, el camino a Jerusalén. Es una parte eminentemente parenética, en la que Lucas presenta las características de la moral cristiana en torno a la idea de caminar con Jesús a Jerusalén para compartir su muerte y exaltación. Con esto la liturgia nos invita en todos estos domingos a profundizar en la moral cristiana. 
         El Evangelio comienza con un sumario (Lc 9,51) que introduce esta parte y ofrece el sentido general. Jesús está en Galilea y decide abandonarla y ponerse en camino hacia Jerusalén: Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, tomó la decisión de ir a Jerusalén. Literalmente el texto dice: «Aconteció que cuando comen­zaron a consumarse los días de su asunción,  Jesús  endureció la cara para encaminar­se hacia Jerusalén » Jesús sabe que en Jerusalén va a tener lugar su muerte y ascensión al cielo, por ello, en su corazón, cuando comienza a caminar ya comienza la consumación de su obra. De esta forma muerte y ascensión no son cuestión de momentos finales sino un proceso que ya comienza y se consumará en Jerusalén. Como más tarde dirá san Pablo cuando va camino de Jerusalén y le anuncian prisiones: « Mirad que ahora yo, encadenado en el Espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber lo que allí me sucederá;  solamente sé que en cada ciudad el Espíritu Santo me testifica que me aguardan prisiones y tribulaciones.» (Hch 20,22-23). Jesús camina a Jerusalén acompañado de sus discípulos a los que va enseñando cómo deben vivir, el camino que deben recorrer. En este contexto Lucas presenta todas las enseñanzas morales del discípulo, ofreciendo así los grandes rasgos de la moral cristiana.
         En esta presentación el camino tiene tres características generales: es cristiana, pascual y escatológica. Es cristiana porque no consiste en “ser bueno” o “portarse bien” de forma genérica, sino en caminar con Jesús, actualizando su vida. Por el bautismo el cristiano está unido vitalmente a Jesús y por eso su vida debe consistir en caminar junto a él, amándolo, sirviéndolo y dialogando con el amigo que nunca abandona, pues hasta en la hora de la muerte estará junto a nosotros y nos resucitará. La moral cristiana tiene carácter de relación personal con Jesús. El estoico observa una serie de normas de cara al orden del mundo, el cristiano de cara a Jesús, con quien camina.
         Por otra parte, es un caminar pascual, en que cada acción tiene carácter de muerte y resurrección, muerte a todas las facetas de egoísmo y desamor, resurrección en cuanto que nos hace crecer en Cristo y nos va configurando cada vez más a él. El hombre es un ser histórico que se va configurando por las acciones que realiza, ya que estas  van creando hábitos positivos o negativos. La resurrección final es la culminación de un proceso positivo.
         Finalmente es un caminar escatológico. Esta palabra se refiere al final de la vida y quiere decir que al final daremos cuenta de nuestras acciones y que por ello tenemos que actuar con responsabilidad, sabiendo que tenemos que responder. En concreto, al final seremos examinados de amor (Mt 25,31-46).    Jesús compara la vida del discípulo al sarmiento que debe estar unido a la vid y dar fruto maduro. Ahora bien, el fruto no es cuestión de un momento final sino de todo un proceso de unión a la vid, en que se va colaborando con la savia. Cuando llega el momento de la vendimia, el dueño va a la vid, se queda con los sarmientos que tienen fruto y tira los que no lo tienen (Jn 15,1-6).
         Esta moral implica valorar positivamente el comportamiento cristiano. Desgraciadamente hay cristianos que no valoran la moral. Para ellos vivir como Cristo es un absurdo que no tiene sentido y su ideal es vivir a sus anchas y al final de su vida apelar a la misericordia de Dios. Es verdad que, aunque valoremos la moral, siempre nos quedamos cortos y tenemos que apelar constantemente a la misericordia de Dios, pero esta forma de pensar ignora lo que es la alegre noticia de Jesús, que es una aventura de amor, que confiere sentido a la vida. Ciertamente, habrá poda (Jn 15,2) y pruebas, pero es para dar más fruto. Cristo no ha venido a amargarnos la vida. Vivir cristianamente es una alegría.
         En el Evangelio de hoy Lucas presenta dos primeras características delcaminar con Jesús: el rechazo y la misión. Los discípulos son rechazados en Samaría porque van con Jesús, que es al que realmente rechazan. Igual que el camino de Jesús comenzó con el rechazo (cf Lc 4,16-30), así también lo será el discípulo. Una segunda característica es  un caminar con Jesús que debe ser realista, sabiendo que se sigue a una persona desinstalada, débil y desvalida. Igualmente el seguimiento debe ser incondicional, pues el Reino de Dios es el valor absoluto que relativiza los demás y exige plena dedicación.
         En cada celebración de la Eucaristía participamos sacramentalmente la muerte y resurrección de Jesús y así alimentamos nuestro camino pascual.
Antonio Rodríguez Carmona
Diócesis de Almería

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE


La pobreza no la hizo Dios, la hacemos tú y yo cuando no compartimos lo que tenemos.

                                                              Madre Teresa de Calcuta

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Te ruego que también tú te confortes con este pensamiento: que tus penas espirituales y físicas son pruebas de la voluntad divina. Todas las almas amantes de Jesús deben procurar hacerse cada vez más conformes a este divino y eterno modelo. Ahora bien, Jesús llegó hasta el abandono del espíritu, y quiso experimentar en su humildad esta pena incomprensible de verse abandonado hasta de su Padre celestial". (Padre Pio)

lunes, 24 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

Estoy tan convencido, Dios mío, de que velas sobre todos los que esperan en Ti, y de que no puede faltar cosa alguna a quien aguarda de Ti todas las cosas, que he determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargando en Ti todas mis solicitudes. "En paz me duermo y en seguida descanso porque Tú solo, Señor, me has confirmado en la esperanza" (Salmo 4:10).
                                                                              (San Claudio de la Colombiere)

domingo, 23 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Para poder sufrir más, Cristo no abrió enseguida su costado. Lo abrió después de morir, para revelar el amor de su corazón, para enseñarnos que el amor no se hace espiritualmente presente antes de la muerte del hombre viejo que vive en nosotros según la carne." (S. Francisco de Borja)

sábado, 22 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

Te ruego que también tú te confortes con este pensamiento: que tus penas espirituales y físicas son pruebas de la voluntad divina. Todas las almas amantes de Jesús deben procurar hacerse cada vez más conformes a este divino y eterno modelo. Ahora bien, Jesús llegó hasta el abandono del espíritu, y quiso experimentar en su humildad esta pena incomprensible de verse abandonado hasta de su Padre celestial. (Padre Pio)

viernes, 21 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡coraje! ¡Y adelante siempre! Cuanto mayores son las penas, es tanto mayor el amor que Dios os tiene; conocéis el amor de Dios por este signo: por las penas que os manda. El destino de las almas elegidas es el sufrimiento, condición que Dios, autor de todo y de todos los dones que conducen a la salvación, ha fijado para darnos la gloria. (Padre Pio)

martes, 18 de junio de 2013

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO


Jesús es Mesías que salva dando su vida
Es importante descubrir la originalidad de la obra salvadora de Jesús, salvación radical y total, personal y universal, que comienza ahora y se completa en la resurrección. Igualmente  importante es tener ideas claras sobre el modo cómo salva Jesús, dando su vida.
En tiempos de Jesús eran muchos los que esperaban la llegada del reino de Dios a base de la irrupción de veinte legiones de ángeles que destruirían todos los pecadores sobre la tierra e instaurarían el reinado del Mesías, hijo de David, un imperio político-religioso, con capital en Jerusalén. Los Doce discípulos compartían esta idea y en este sentido Pedro reconoce a Jesús como Mesías (Evangelio). Jesús acepta el título, pero no la manera cómo lo entienden sus discípulos. Por ello les manda guardar silencio, pues él le va a dar un sentido totalmente diferente a este título en línea con lo sugerido por Zacarías (1ª lectura). Después de su resurrección, los cristianos hemos comprendido el sentido de su mesianismo y reconocemos a Jesús como Mesías, en griego Cristo. El nombre Jesucristo es precisamente una confesión de fe de los primeros cristianos: reconozco que Jesús es el Cristo.
         Mesías significa literalmente ungido. En su origen se refiere a la persona que es ungida con aceite para un esfuerzo especial, como una carrera o una lucha. En sentido religioso se usa en Israel para indicar una persona capacitada por Dios para una tarea especial, como el rey, los sacerdotes y profetas. Todos ellos son ungidospor Dios. Y con este sentido se esperaba un ungido especialel Mesías, enviado por Dios para instaurar su reino. Jesús se reconoce como este ungido en la modalidad de profeta. Así lo dijo en la sinagoga de su pueblo: El Espíritu del Señor sobre mí porque me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos;  a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19).
 Pero para Jesús su modo de salvar es totalmente original, en lugar de intentar arreglar las cosas desde fuera, enviando 20 legiones de ángeles, piensa que hay que arreglarlas desde dentro, dando a las personas un corazón nuevo. Aquí radicaba la causa del mal general, en que los hombres tenían un corazón de piedra que se traduce en desorden, odio y destrucción. La solución no está simplemente en imponer un orden externo a base de coacción policial, que procurarán los individuos saltárselo cuando les interese. Esto deben hacerlo los estados, pero no basta. Es necesario convencer desde dentro a las personas de la necesidad y bondad de ese orden. Es el camino que busca toda buena pedagogía, en lugar de corregir una persona con castigos, procurar cambiarla convenciéndola. La acción mesiánica de  Jesús iba a consistir en ofrecer a la humanidad, dañada por el pecado original, un corazón nuevo, capaz de vivir como hijo de Dios y hermano de todos los hombres con la tarea de crear un mundo fraternal.
         Y esto lo consigue el Hijo de Dios haciéndose hombre y creando en él ese corazón nuevo que después de su muerte y resurrección ofrece a toda la humanidad. Para ello vivió una auténtica existencia humana, igual a la nuestra en todo menos en el pecado, toda ella consagrada a hacer la voluntad de Dios por amor. Jesús resucitado el  hombre nuevo con un corazón nuevo. Y después nos envía su Espíritu Santo para que libremente compartamos su corazón en el bautismo.
         En el bautismo (2ª lectura) recuerda Pablo que nos revestimos de Jesús por medio de su Espíritu, que nos hace compartir su corazón. Ya somos hombres nuevos en Jesús, ya tenemos un corazón nuevo y con él la tarea de actualizar la obra salvadora de Jesús desde dentro, transformando el mundo. Unidos en Cristo, desaparecen las diferencias accidentales y somos todos iguales, hijos de Dios, con la tarea de crear un mundo nuevo acorde con nuestra nueva situación, sin marginados ni injusticias.
         El cristiano es consciente de que debe seguir a Jesucristo, es decir, a Jesús mesías-salvador, pero es importante seguir al verdadero  Jesucristo, pues existe la tentación de crearse un Jesús a imagen y semejanza propia que justifique el tipo de salvación que se quiere seguir. Así ha surgido el Jesús-guerrillero o el Jesús-filósofo de los buenos consejos o el Jesús esotérico y gnóstico que salva a base de conocimientos secretos ... El verdadero Jesús es el que actúa movido siempre por el amor, por amor se encarna en este mundo junto a los más necesitados, por amor denuncia todo tipo de egoísmos e injusticias, por amor actúa como siervo de todos y pasa haciendo el bien, por amor  da su vida por los demás. Este es el Jesús que encontramos en la Eucaristía, donde continúa realizando su tarea mesiánica de sercuerpo que se entrega y sangre que se derrama por muchos. En ella miramos al que atravesaron.
Antonio Rodríguez Carmona
Sacerdote de la diócesis de Almería

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Hay en la Santa Misa tantos misterios como gotas de agua en el mar, como átomos de polvo en el aire y como ángeles en el cielo; no sé si jamás ha salido de la mano del Altísimo misterio más profundo."
                                       (S. Buenaventura)

domingo, 16 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

La aplicación a la presencia de Dios por simple atención consiste en estar delante de Dios por medio de una simple mirada interior de fe de su divina presencia y en permanecer así algún tiempo, ya sea medio cuarto de hora, ya sea un cuarto, más o menos, según se sintiere uno ocupado y atraído interiormente.(san Juan Bautista de La Salle)

sábado, 15 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Señor, tú alegras mi mente de alegría espiritual. Cómo es glorioso tu cáliz que supera todos los placeres probados anteriormente." "Tú que eres fervoroso en el espíritu, estás inflamado por el fuego del amor. Haz que tu vida se queme en la oración a Dios. Una persona esta caliente, la otra está fría. Haz que la caliente dé calor a la fría." "Hermanos y hermanas, tened firmemente fe en lo que creéis: que Cristo volverá. ¿Que importa cuando? Preparaos para su venida. Vivid como si viniera hoy y no tendréis miedo de su venida". "Nos has creado para Ti, y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en Ti". "Todo esta contenido en estas palabras, "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas: y ama a tu prójimo como a ti mismo". "Yo no viviré un instante en cual no viva en el amor". (San Agustín)

viernes, 14 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

El pensar en Ella y el invocarla, sean dos cosas que no se parten nunca ni de tu corazón ni de tus labios. Y para estar más seguro de su protección no te olvides de imitar sus ejemplos. Siguiéndola no te pierdes en el camino! (San Bernardo)

jueves, 13 de junio de 2013

DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO


Perdón de los pecados, resumen de la obra salvadora de Jesús
El Evangelio de hoy es el último de una serie de relatos en que san Lucas presenta la originalidad de la salvación que ofrece Jesús en contraposición a los sistemas paganos de salvación. Estos últimos buscan la salvación en el dinero, el poder, la violencia, la fama, invitando ansiosamente a conseguirlos con los medios que sea y marginando a las personas e instituciones que no los pueden ofrecer. Son sistemas que crean dolor y tristeza. Desgraciadamente es una realidad que nos invade. El cristiano, que vive y respira en este ambiente, tiene el peligro de dejarse seducir de esta falsa salvación, peligro que con demasiada frecuencia es realidad.
San Lucas invita a los cristianos a valorar la verdadera salvación que ofrece Jesús. Es una salvación total, porque abarca a toda la persona, cuerpo y alma y es para siempre, comenzando en esta vida y culminando en la futura, dando así lo que no pueden ofrecer los sistemas paganos, como la resurrección y un corazón nuevo. Sus milagros fueron signos que indicaban el alcance de su obra: curó enfermedades para indicar que el Reino de Dios implica destrucción del dolor, resucitó muertos para indicar que su salvación implica superar la muerte con la resurrección... Hoy se subraya un aspecto muy importante, tanto en la primera lectura como en el Evangelio, el perdón de los pecados, la salvación radical, que san Lucas presenta como “el trueno gordo” dentro de la serie de signos salvadores de Jesús, que se han ido recordando estos domingos.
Perdón de los pecados es para san Lucas el resumen y la quintaesencia de la obra de Jesús. Por ello resume la misión encomendada por Jesús a la Iglesia en esta frase: «predicar en su nombre la conversión para el perdón de los pecados a todas las naciones» (Lc 24,47). Implica no sólo amnistía de todos los pecados cometidos por el hombre, sino positivamente la renovación y transformación del corazón. Es el principio básico de la obra salvadora de Jesús, que comienza con la transformación de lo más íntimo de la persona, quitando el corazón de piedra y dando un corazón de carne, transformado por el amor de Dios, derramado en nuestros corazones por el Espíritu que se nos dio en el bautismo (Rom 5,5). Es la gran promesa aneja a la nueva alianza: «Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré.  Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas» (Ez 36,25-27). El problema de las salvaciones no radica en programas o teorías más o menos buenas sino en el corazón que ha de aplicarlos y llevarlos a cabo. Un corazón de piedra todo lo echará a perder.
Jesús comienza salvando la raíz de la persona, el corazón. Esto es un don y una tarea. Se nos regala por medio de Espíritu un corazón filial y fraternal, capaz de vivir como hijo de Dios y hermano de todos los hombres, pero esto implica vivir desarrollando todas sus implicaciones en la vida de cada día, de forma que todas las acciones nazcan de un corazón limpio que conduzca a la visión de Dios (Mt 5,8).
Puesto que todos somos débiles, Jesús nos dejó el sacramento de la penitencia para reparar los daños inferidos al corazón nuevo después del bautismo. Y no solo esto, nos ofrece también la posibilidad de erradicar constantemente todos los daños que le podamos inferir. Al igual que en nuestro organismo hay partes blandas y delicadas en las que los roces y golpes producen callos y traumatismos, así las faltas a Dios y a los hermanos producen durezas, e incluso la muerte, en nuestro corazón nuevo. Para ello Jesús nos ofrece la posibilidad de la virtud de la penitencia, que nos permite reparar sobre la marcha nuestros pecados. Es un fuego abrasador que devora y purifica el corazón y, como todo fuego, necesita ser alimentado. En este caso se alimenta con el amor y la humildad: humildad que reconoce la propia debilidad y pide perdón a Dios y al hermano; amor que siente la falta de correspondencia al amor de Dios.
La celebración de la Eucaristía supone el perdón de los pecados y lo potencia. La comenzamos pidiendo perdón y, en la medida en que acogemos la palabra de Dios, oramos y nos unimos al sacrificio de Jesús, purifica el corazón. Por otra parte, es un momento privilegiado para agradecer el corazón nuevo, fruto de la muerte y resurrección de Jesús.  
Antonio Rodríguez Carmona
Sacerdote de la diócesis de Almería

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"El amor de Jesucristo me quita el gusto para todo, las criaturas no tienen atractivo alguno para mí, ni los ángeles ni los arcángeles pueden colmar las ansias de mi corazón, los rayos del sol, cuando contemplo el resplandeciente rostro de mi Amado, me parecen densas tinieblas"
                                       s. Francisco de Asís

miércoles, 12 de junio de 2013

martes, 11 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"...Procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que vieremos en los otros y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados... tener a todos por mejores que nosotros...". Santa Teresa de Jesús.

domingo, 9 de junio de 2013

Reflexiona en el año de la fe

Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la estrella del mar: invoca a María. (San Bernardo)

sábado, 8 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Debemos amar a Dios porque Él es Dios, y la medida de nuestro amor debe ser amarlo sin medida."
                                                                s. Bernardo

jueves, 6 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él".
                         Benedicto XVI

miércoles, 5 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

"Muchos parecen dispuestos a rasgarse las vestiduras frente a los escándalos e injusticias naturalmente cometidas por otros, pero pocos parecen dispuestos a actuar sobre el propio corazón, sobre la propia conciencia y las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueve y convierta".
                            Benedicto XVI

martes, 4 de junio de 2013

DOMINGO X DEL TIEMPO ORDINARIO


Creo en la resurrección de los muertos
         Lucas dirige su Evangelio a cristianos que viven en un ambiente dominado por ideas paganas de salvación, muy parecido al nuestro, en que la mayor parte de la gente opina que lo importante en la vida es ser feliz aquí en este mundo y para ello es fundamental el dinero, el poder político y militar, el prestigio... Como consecuencia se busca a los que lo tienen y lo pueden dar y se margina a los restantes, especialmente a los débiles.
         En este ambiente, que se respira por todos los poros e influye en la comunidad cristiana, es importante que el cristiano sea consciente y valore las características de la salvación que ofrece Jesús: es una salvación que da la felicidad porque hace partícipe de la vida divina, da sentido a esta vida y resucita para una vida eterna.
Jesús hace posible el gran sueño de sobrevivir a la muerte. Los faraones construyeron las pirámides y sofisticadas sepulturas para que los enterrasen en ellas, colocando junto a sus cadáveres alimentos y joyas. Pero de nada sirve meter en la sepultura dinero ni joyas.  La resurrección es un regalo de Dios por Jesucristo. Por ello para el cristiano es un engaño el “comamos y bebamos que mañana moriremos”, porque sabe que la muerte no es el final, sino el momento en que devuelve a Dios la vida física que recibió de él y Dios se la transformará en vida eterna, si previamente en su vida mortal acogió libremente la invitación a la conversión, se unió a Cristo por el bautismo y procuró vivir como hijo de Dios.     
         Dos relatos de resurrecciones narra Lucas, éste y la hija de Jairo, y en ambos destaca el protagonismo de Jesús, que ofrece lo que el hombre no puede imaginar. En este caso Jesús se encuentra a las puertas de un pequeño poblado un cortejo fúnebre en que llevan a enterrar al hijo único de una mujer viuda. Es una mujer que se encuentra en una situación de desamparo total. En aquel contexto social el apoyo y defensa de una viuda está en sus hijos, pero a esta se le ha muerto el único que tenía. Jesús, movido de misericordia y espontáneamente resucita al muerto y lo devuelve a su madre. La resurrección aparece así como fruto de la misericordia de Jesús. Los presentes interpretan correctamente  el hecho como profético (Un profeta ha surgido entre nosotros), porque manifiesta que Dios es misericordioso y el Dios de la vida. Es una manifestación de la visita de Dios por Jesús.
         Hoy unos niegan todo tipo de supervivencia, otros opinan que algo puede haber, otros ni se plantean el problema. Las obligaciones familiares y los compromisos sociales obligan a todos a participar en entierros, pero se procura no plantearse problemas. En la 2ª lectura san Pablo recuerda cómo Dios le dio el don de la fe en Jesús resucitado y que este don llevaba aneja la obligación de darlo a conocer a los gentiles. Igualmente los cristianos, que creemos en Cristo resucitado, somos un pueblo de profetas que hemos de ofrecer esta palabra a nuestro mundo con nuestra forma de vivir y con nuestra palabra. 
         La resurrección es el final de toda una vida unidos a Jesús. Por el bautismo nos unimos a él y, a partir de ese momento, toda nuestra vida debe discurrir unida a él, el amigo que nunca nos abandona y está siempre con nosotros, especialmente en el momento de la muerte, en que hará que participemos plenamente su resurrección. A lo largo del camino nos acompaña de varias formas, especialmente en la Eucaristía, sacramento de vida eterna: Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. » (Jn 6,48-51)
Antonio Rodríguez Carmona
Sacerdote de la diócesis de Almería

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

 La aplicación a la presencia de Dios por simple atención consiste en estar delante de Dios por medio de una simple mirada interior de fe de su divina presencia y en permanecer así algún tiempo, ya sea medio cuarto de hora, ya sea un cuarto, más o menos, según se sintiere uno ocupado y atraído interiormente.                                (san Juan Bautista de La Salle)

lunes, 3 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar.
                   (Cura de Ars)      

domingo, 2 de junio de 2013

REFLEXIONA EN EL AÑO DE LA FE

La oración y el sacrificio constituyen toda mi fuerza y son las armas invencibles que Jesús me ha dado. Ellas pueden, mucho mejor que las palabras, mover los corazones. 
                   (santa Teresa de Lisieux)

sábado, 1 de junio de 2013

"Es el amor lo que da precio a todas nuestras obras; no es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que agradamos a Dios, sino por el amor con que las hacemos". 
                                                 (San Franciso de Sales)