LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


sábado, 26 de abril de 2014

Paz

 

Danos, Señor, aquella Paz extraña
que brota en plena lucha
como una flor de fuego;
que rompe en plena noche
como un canto escondido;
que llega en plena muerte
como un beso esperado.
Danos la Paz de los que andan siempre,
desnudos de ventajas;
vestidos por viento
de una esperanza núbil.
Aquella Paz del pobre
que ya ha vencido el miedo.
Aquella Paz del libre
que se aferra a la vida.
Paz que se comparte en igualdad
como el agua y la Hostia.

Pedro Casaldáliga.

REFLEXIÓN PARA PASCUA

resurr6

“Deseo para todos nosotros, ojos de Pascua

capaces de mirar en la muerte hasta la vida

de mirar en la culpa hasta el perdón

de mirar en la separación hasta la unidad

de mirar en las llagas hasta la gloria

de mirar en el hombre hasta ver a Dios

de mirar en Dios hasta ver al hombre

de mirar en el yo hasta ver el tú.

Y junto a esto, toda la fuerza de la Pascua”

Moseñor Klaus Hemmerle

II DOMINGO DE PASCUA

 

Guercino il (Giovanni Francesco Barbieri) - La incredulidad de Santo Tomás

VIDA NUEVA, NUEVO FRUTO DE LA DIVINA MISERICORDIA

La cincuentena pascual invita a tomar conciencia y celebrar las muchas riquezas de la resurrección de Jesús. Hoy en concreto nos presenta nuestra vida filial como fruto de la resurrección.

En la 2ª lectura san Pedro nos invita a bendecir a Dios nuestro padre, agradeciéndole que nos haya hechos hijos suyos por la resurrección de Jesús: Bendito sea Dios que nos ha hecho renacer por la resurrección de Jesucristo. Es una vida nueva que participa la vida del Padre. Cristo resucitado nos ha transmitido el mismo ADN divino. Hay que tomar conciencia de que se trata de una filiación especial. Dios como creador ama y cuida de todas sus criaturas.

Todos nosotros, desde nuestro nacimiento natural, ya participábamos esta filiación. Ahora se trata de algo especial. Participar la filiación de Jesús, el Hijo único resucitado, una vida divina y eterna, que nunca acabará, nos hace familiares de Dios y nos llevará a la resurrección y a una plenitud gozosa. Tenemos un futuro extraordinario y una vida con sentido. Todo ha sido posible por la muerte y resurrección de Jesús, que se solidarizó con nosotros y murió y resucitó en nombre de todos nosotros.

Cuando el Padre aceptó la muerte de Jesús y lo resucitó, lo hizo con todo lo que él quería y representaba, con toda la humanidad, que ya tenía derecho a ello, siempre que cada uno acepte libremente el ser hijos de Dios y se comprometa a vivir como Jesús. La 1 Pedro se dirige a cristianos perseguidos por un ambiente anticristiano y les dice que no se maravillen, que es normal, pues ahora nos toca compartir la muerte de Jesús con garbo y alegría para después compartir su gloria. Somos hijos de Dios por pura gracia de Dios, por pura misericordia, como hoy nos recuerda la Iglesia al celebrar en este domingo la fiesta de la divina misericordia.

         El Evangelio recuerda la aparición de Jesús a los apóstoles y los dones que trae consigo su presencia, dones que ahora ya gozamos los hijos de Dios: alegría de saber que Jesús es el viviente y siempre está con nosotros, paz íntima, fruto de ser hijos que nos capacita para vivir en armonía con Dios padre y con los hermanos, el don del Espíritu Santo, que nos ha perdonado los pecados, nos hace hijo de Dios y capacita para vivir como tales, y finalmente la tarea misionera de compartir estos dones con los demás.

La 1ª lectura nos recuerda cómo vivían los primeros cristianos y con ello cómo tienen que obrar los que tienen el ADN divino, que es amor: perseverando fielmente en la doctrina apostólica, en la oración, en la comunión entre los hermanos, comunión de corazón y de bienes, en contexto de alegría.

En este domingo la Iglesia canoniza y nos propone como ejemplo dos grandes papas, los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, dos diferentes y complementarias maneras de vivir como hijos de Dios, que compartieron la cruz de Jesús y ahora comparten su gloria.

En cada Eucaristía Jesús actúa como pontífice misericordioso, que nos comprende y ayuda, ofreciéndonos sus dones para fortalecer nuestra vida filial.

Antonio Rodríguez Carmona

sacerdote de la diócesis de Almería

martes, 15 de abril de 2014

VIERNES SANTO

Valorar la pasión de Jesús y compadecerlo en sus miembros

La celebración de hoy es larga, por lo que el comentario homilético debe ser breve, pero rico y sugerente, poniendo de relieve tres aspectos.

1. Valorar y agradecer la pasión histórica de Jesús, que revela su amor (nos amó y se entregó por nosotros: Ef 5,2) y el amor del Padre que nos lo entrega (amó Dios tanto al mundo que entregó su Hijo unigénito: Jn 3,16). La 1ª lectura, el 4º poema del Siervo de Yahvé, presenta a Jesús como cordero inocente, representante de la humanidad, en cuyo favor sufre y muere. En la segunda lectura en su 2ª parte (v 7-9) Jesús aparece pidiendo al Padre superar todo tipo de muerte y gozar de la plenitud de la vida y lo consigue para él y para nosotros. Por su parte, el Evangelio, la pasión según san Juan, ofrece el relato más sublimado de la pasión de Jesús, en el que la presenta como el camino regio de un rey hacia su trono. Jesús aparece consciente, libre y dueño de su destino y de los acontecimientos: cuando lo van a detener se revela como Yo soy(nombre divino), da permiso para que lo detengan y ordena que dejen en libertad a sus discípulos. En la escena ante Anás se comporta con plena dignidad y libertad. En el diálogo con Pilatos no se sabe quién es el juez y quién el reo, pues Jesús está en el centro de la escena junto a Pilato.

Estos diálogos culminan en dos grandes revelaciones: he aquí el hombre, es decir, hasta donde es capaz de llegar el Hijo de Dios encarnado por amor a los hombres, y he aquí vuestro rey, es decir, Jesús es verdaderamente rey pero en su total entrega y humillación. En la cruz Jesús aparece con su título de rey de los judíos en todas las lenguas conocidas, presentándose así a todo el mundo; hasta el último momento vive cuidadoso de cumplir la voluntad del Padre hasta en los últimos detalles. Y finalmente, a la hora de morir, lo hace libremente: Juan lo subraya escribiendo e inclinando la cabeza, entregó el espíritu; normalmente un moribundo muere y después, como consecuencia, inclina la cabeza, pero aquí es al revés: Jesús muere libremente y nos entrega su espíritu. 

2. Compartir la cruz gloriosa de Jesús. Toda la celebración trata de convencernos que ser cristiano implica compartir en la vida diaria su pasión y muerte. El dolor está presente en la vida cristiana, el dolor físico igual que en todos los miembros de la humanidad, y el dolor específico de vivir el discipulado en lucha constante contra “nuestra carne” y contra la oposición del mundo no cristiano. Pero la cruz de Jesús, que hay que compartir, es gloriosa y camino de compartir la resurrección de Jesús. La 2ª lectura invita a confiar en su ayuda, pues el Señor resucitado nos comprende, ya que, aunque no puede sufrir, tiene la experiencia de lo que es una existencia humana amando y sirviendo a los demás. Por ello es el Sumo Sacerdote misericordioso y comprensivo.

3. Cristo sigue sufriendo en sus miembros. Jesús ahora no sufre y por ello no tiene sentido una reacción puramente sentimentalista, pero sufre en sus miembros. Por eso celebrar su pasión se tiene que concretar en la compasión de todo sufrimiento humano: las personas que sufren por enfermedad, los que sufren perseguidos por su fe y por el servicio a la justicia. Esto es tan importante que el mismo Jesús ha dejado como materia del juicio final el problema del hambre en el mundo, el de la falta de agua, el de los inmigrantes y sin papeles… (Mt 25,31-46).

Antonio Rodríguez Carmona

sacerdote de la diócesis de Almería

JUEVES SANTO

 

Haced esto en memoria mía

La 2ª lectura narra la institución de la Eucaristía y el mandato de celebrarla como memorial. En esta celebración la Iglesia nos invita a tomar conciencia de este mandato y de sus implicaciones, pues está en el centro de la fe católica: eucaristía – amor – sacerdocio ministerial

El memorial es una institución exclusiva del judeo-cristianismo. Se trata de un recuerdo que hace dinámicamente presente la gracia de lo recordado, algo solo posible por el poder de Dios que lo ordena y promete. De esta manera la gracia dada a una generación del pasado sigue disponible para las generaciones futuras. La 1ª lectura recuerda el memorial de la primera Pascua, en que se actualiza la acción liberadora de Dios, el paso de la esclavitud a la libertad y la creación del pueblo de Dios. Es una fiesta de liberación y solidaridad, que Jesús lleva a su plenitud con su muerte y resurrección.

Después de la consagración, el sacerdote dice: “Este es el sacramento de nuestra fe”, que traduce el original latino mysterium fidei. No se trata de una invitación a la adoración de la Eucaristía sino a confesar la presencia dinámica del misterio de la fe cristiana, objeto de nuestra entrega creyente, que es la muerte y resurrección de Jesús. Por eso el pueblo responde proclamando la presencia de Jesús en el misterio de su muerte y resurrección, que está dinámicamente viniendo a cada uno hasta que llegue plenamente en su parusía, que deseamos. Es una preparación a la segunda epíclesis en la que pedimos al Espíritu Santo nos una al sacrificio de Cristo. Este es el centro de la memoria de Jesús. Realmente, si no nos unimos con nuestra vida concreta a su sacrificio, no podemos decir que la celebramos, pues falta lo fundamental. Y esta unión a Jesús implica entrega a su amor, que nos amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave olor (Ef 5,2). No hay Eucaristía sin amor a los hermanos. Es interesante constatar que la forma concreta de la segunda epíclesis en el canon II es una oración al Espíritu Santo pidiendo la unidad de los celebrantes en la Iglesia. Es que sin unidad no podemos ofrecernos con Jesús al Padre. Reamente la Eucaristía es celebración de toda la vida de Jesús entregada a los demás y que culmina en su muerte y resurrección.

El Evangelio lo confirma. San Juan, que dedica en su Evangelio un riquísimo capítulo 6 a la Eucaristía, no narra su institución en la Última Cena sino un rito equivalente que realizó Jesús en el contexto de esta institución, el lavatorio de los pies. Es un relato que, igual que el de la Eucaristía, consta de dos partes, rito y mandato. En la Eucaristía, consagración del pan y el vino y mandato de repetir, aquí lavatorio de los pies y mandato de repetir lavándonos los pies mutuamente como hizo Jesús. Con esto Jesús nos enseña que la Eucaristía es el servicio humilde de esclavo que realiza con su muerte y resurrección y con el mandato de lavarnos mutuamente los pies nos dice que repitamos esta celebración con todo lo que implica, entrega de esclavo por la salvación del hermano inspirada en el amor.

Antes de narra el lavatorio, Juan nos recuerda las disposiciones de Jesús, con las que hay que celebrar el memorial con sus implicaciones: en contexto de Pascua, fiesta de solidaridad humana y liberación divina; habiendo amado, amó hasta el extremo; consciente de la traición de Judas y de que no todos van a responder; consciente de su dignidad filial y de su libertad.

Con toda razón hoy se recuerda Caritas. Sin Eucaristía no hay Iglesia y sin Caridad (concreta en Caritas o asociaciones representativas de la comunidad cristiana equivalentes) no hay Iglesia, como la quiere Jesús.

El mandato del memorial también implica la creación del ministerio sacerdotal, sin el cual no hay Eucaristía. Por ello la Iglesia invita también hoy al pueblo cristiano a agradecerlo, a pedir vocaciones y perseverancia para todos los ministros actuales que han consagrado su vida al servicio de la Eucaristía. Que el Señor los fortalezca en sus debilidades para que vivan su ministerio centrado en la Eucaristía y ayudando al pueblo de Dios a vivirla.

Antonio Rodríguez Carmona

Sacerdote de la diócesis de Almería

viernes, 11 de abril de 2014

PREGON PARA LA SEMANA SANTA

 

Real Hermandad del Santo Vía-Crucis, Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Amargura, María Santísima de las Lágrimas y Nuestra Señora de los Reyes

Si te dicen que no estoy, recuerda.
Si te dicen que me he ido, pregunta sin miedo.
Si te dicen que nunca he estado, sonríe.
Si te dicen que no sirvo, muestra tus anhelos.
Si adviertes que me ausenté, llora los porqués.
Si no me encuentras, busca.
Si dudas y desesperas, camina.
Si la vida se hace dura y sangra, mira mis entrañas.
Si te avisan que no siento, acércate.
Si te atemorizan porque no llamo, escúchame.
Si te aseguran que estoy perdido, sigue mis huellas.
Si te sugieren que ya no sirvo, descubre tu alianza conmigo.
Si te dicen que me fui, persígueme.
Si te aseguran que he perdido, proclama mi triunfo.
Si te dicen que he muerto, búscame entre los vivos.
Si te dicen que soy un fantasma, palpa mis llagas.
Si te dicen que vuelvo, no te detengas.
Si te preguntan si perdoné, di que sí.
Si te dicen que me has perdido, háblales de tus encuentros conmigo.
Si te sugieren que fracasé, diles que el ser humano es lo que importa.
Y si te reclaman mi cadáver, di que estoy vivo en ti.

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martes, 8 de abril de 2014

DOMINGO DE RAMOS

 

Tened los sentimientos propios de los que están en Cristo Jesús

La liturgia del Domingo de Ramos intenta dar el tono con que hay que vivir toda esta semana e invita a disponernos adecuadamente para la celebración del triduo pascual, en que la Iglesia celebra la muerte y resurrección de Jesús. En este domingo el acento recae en la cruz gloriosa que lleva a la resurrección. Se nos invita a contemplar y agradecer la pasión de Jesús, y a imitarla en nuestra vida, pues, como dice Pablo, por muchas dificultades hay que entrar en el reino de Dios (Hch 14,22). La cruz acompañará siempre al cristiano, por lo que debe estar muy convencido de que la cruz de Cristo es gloriosa.

La segunda lectura, el himno de Filipenses, ayuda a ello de manera especial. En él san Pablo nos invita a tener los sentimientos propios de los que están en Cristo Jesús, es decir, los cristianos que por el bautismo están insertos en Cristo resucitado. ¿Y cuáles son estos sentimientos? Por amor asumió la naturaleza humana con todas sus limitaciones y dolores, menos el pecado, viviendo como uno de tantos. Y todo esto, a pesar de su condición divina, que le hubiera permitido otro tipo de redención. De esta forma se solidarizó con la humanidad pecadora, se hizo su representante. Realmente la salvación de la humanidad está en Dios-amor, que desea compartir su gloria y felicidad con la humanidad, que para ello tiene que vivir libremente una vida totalmente consagrada al amor. Pero este camino se le había cerrado por la desobediencia de Adán. Por eso Jesús, el nuevo Adán y nuestro nuevo representante, nos acercó a Dios por su obediencia hasta la muerte, y no cualquier tipo de muerte, sino muerte de Cruz. Por eso Dios lo exaltó y lo convirtió en Señor de toda la creación y salvador de todos los hombres. Por él todos los hombres tenemos acceso a Dios y a la salvación plena. Por ello la vida de Jesús es la vida del que vive para los demás y los sentimientos de los que estamos en Cristo Jesús tienen que ser vivir para los demás.

Las otras lecturas son ejemplos concretos de este vivir para los demás. En la procesión de ramos el evangelio de san Mateo recuerda las disposiciones con las que Jesús se mete en la boca del lobo, consciente de que lo van a matar: entra como rey manso, dispuesto a sufrir la violencia, consciente de que es el camino para ser rey, como rezará el título que pondrán en la cruz. En la misa la primera lectura proclama el tercer poema del Siervo, donde se presenta el secreto de su actuación: escucha con atención y lleva a la práctica lo que le dice Dios, aunque sea doloroso. Es el discípulo aplicado, atento al camino que señala Dios para recorrer el camino del Siervo. Finalmente como evangelio se lee la pasión según san Mateo. Los diversos relatos de la pasión narran los mismos acontecimientos, pero cada evangelista lo hace desde un punto de vista propio. Mateo en su relato subraya las disposiciones con que Jesús vive la pasión: con conocimiento consciente, libertad, dignidad e inocencia, véase p.ej. el relato del final de Judas (propio) y el de la confrontación Jesús-Barrabás, por otra, Mateo insiste en el carácter de cumplimiento que tiene la pasión, por lo que frecuentemente nota que se está cumpliendo la Escritura, expresión de la voluntad del Padre, y consiguientemente, se realiza en contexto histórico salvífico, dando paso a la plenitud de los tiempos escatológicos, como ponen de relieve el terremoto y las resurrecciones que tienen lugar. Jesús aparece así como el Justo sufriente, que se consagra a hacer la voluntad del Padre, consciente de que este camino, aunque doloroso, culmina en la resurrección para él y para todos nosotros. No es un masoquista que busca el dolor por el dolor, asume todo el dolor que es necesario para oponerse al mal y esto le llevó a la muerte. Pero así ha transformado el dolor en dolor glorioso porque lleva a la resurrección.

La celebración de la Eucaristía es presencia sacramental de esta muerte y resurrección, invitando a todos los participantes a unirse ahora a la muerte, haciendo la voluntad de Dios en cada momento, alimentando así una vida propia de los que están en Cristo Jesús.

Antonio Rodríguez Carmona

Sacerdote de la diócesis de Almería

viernes, 4 de abril de 2014

Todos somos cooperadores del bien común.Financiación de la Iglesia

Desde el pasado día 1, la Agencia Tributaria pone a disposición de los contribuyentes el borrador o los datos fiscales de la Declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF). La Iglesia realiza una labor social y pastoral que va implícita en su naturaleza de ser misionera y compañía en
las necesidades materiales y espirituales de nuestros hermanos y entre nosotros. Para continuar con ella es necesaria nuestra contribución a través de un sencillo gesto: marcar la X en la casilla a la Iglesia Católica y Fines Sociales. Con este gesto no nos cobran más ni nos devuelven menos.
Está obligado a declarar si supera los 22.000 euros anuales en los rendimientos íntegros del trabajo en el caso en que procedan de un único pagador. Si tiene
más de un pagador y supera los 11.200 euros anuales y la suma de las cantidades percibidas del segundo y restantes supera los 1.500 euros, también tendrá que
realizar la declaración.
Está obligado a declarar si, aún teniendo rentas del trabajo inferiores a los 22.000 euros anuales, se ha aplicado deducciones por inversión en vivienda, cuenta ahorro-empresa, doble imposición internacional, así como reducciones en la base imponible por aportaciones a planes de pensiones, a mutualidades de previsión social, a planes de previsión asegurados o a patrimonios protegidos de las personas con discapacidad. Si no está obligado a presentar la declaración, y tiene derecho a obtener una devolución,
puede utilizar el
borrador para solicitarla.

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¿Cómo puede solicitar o modificar el borrador de la Declaración de la Renta?
Si marcó el pasado año la casilla 110 o confirmó el Borrador, seguramente lo recibirá en casa. Si no lo recibe, puede solicitarlo:
Por teléfono en el 901 200 345 de lunes a viernes, de 8:30 a 21 horas (de abril a junio y hasta las 15 horas en agosto). Le
pedirán el DNI y el de su cónyuge si la declaración fue conjunta. Además del importe de la casilla 698 de la Declaración de la Renta de 2013.
Por internet, www.agenciatributaria.es Donde le solicitarán los mismos datos que si lo pedimos por teléfono. Si tenemos
DNI electrónico o certificado digital no serán necesarios otros datos y le darán un número con el que podrás consultar el
borrador.
En las oficinas de Hacienda también puede pedir el borrador. Ha de llevar la declaración del año pasado y el DNI.
El plazo para confirmar el borrador del IRPF 2014 (del ejercicio 2013) termina el 25 de junio de 2014 (para confirmarlo) si el
resultado es a ingresar y domiciliamos el pago, y hasta el 30 de junio, si es a pagar.
¿Puedo marcar la casilla de la Iglesia y la de fines sociales al mismo tiempo?
Es posible marcar las dos casillas. En ese caso se destinará un 0,7% de sus impuestos a la Iglesia Católica y 0,7% a Fines
Sociales. Sin que esto suponga que usted paga más impuestos.

martes, 1 de abril de 2014

V DOMINGO DE CUARESMA

 

Resucitaremos con cristo

         El último domingo de Cuaresma invita a contemplar la resurrección de Jesús, su gran obra salvadora, y nuestra participación en ella por medio del bautismo. Las diferentes lecturas ofrecen todos los elementos para esta contemplación. El Evangelio anuncia el hecho y su eficacia, las otras lecturas lo explican.

         La primera lectura nos habla del Espíritu Santo que capacita para vivir de nuevo: Os infundiré mi Espíritu y viviréis. El profeta se refiere a la vuelta del destierro que concibe como un resucitar de la muerte, porque los desterrados la creían imposible. Es imposible, pero el poder del Espíritu de Dios lo puede todo. La Iglesia vio en este texto un sentido más profundo a la luz de la obra de Cristo, es un anuncio de la resurrección por medio del Espíritu Santo.

         La segunda lectura lo explica mejor. Por el bautismo somos templos vivos del Espíritu Santo que habita en nosotros, y ¿qué hace? ¿Está quieto y pasivo? No, está uniéndonos a Cristo y configurándonos cada vez en él, lo que implica que estemos colaborando con él, pues somos libres y respeta nuestra libertad. Pero está continuamente inspirándonos buenas acciones y capacitándonos para ellas, buenos deseos, buenos pensamientos, buenas acciones. Ahora bien, la “especialidad” del Espíritu es dar vida y resucitar. Si colaboramos con su obra, al final de nuestra vida nos resucitará y hará compartir plenamente la resurrección de Jesús:Si el Espí­ritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Vale la pena colaborar, es tener una vida feliz y con sentido.

         El Evangelio lo explica mucho mejor. Jesús resucita a Lázaro como signo de su obra. Por eso, cuando le avisan de la enfermedad del amigo, no acude y deja que muera: Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de que no hayamos estado allí, para que creáis. Su amiga Marta se lo recrimina y Jesús le replica que resucitará. Ella, como buena judía, sabe que esa resurrección tendrá lugar en el último día, pero Jesús le revela la actualidad y el modo: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. Nuestra resurrección es una gracia de Dios, fruto de la misericordia de Dios (salmo responsorial). Por la fe y el bautismo nos unimos a Jesús por medio del Espíritu Santo, ahora nos toca compartir la pasión y muerte de Jesús y el Espíritu nos capacita para ello; moriremos pero no será para siempre, porque el Espíritu nos resucitará y compartiremos eternamente la gloria de Jesús.

La Eucaristía es celebración sacramental de esta realidad. En ella el Espíritu nos capacita para agradecer al Padre por Jesús el don de la vida que nos ofrece y pedimos la fuerza del mismo Espíritu para hacerlo realidad en cada momento, creciendo constantemente en la amistad con Jesús hasta llegar a la resurrección con él.

Antonio Rodríguez Carmona

Sacerdote de la diócesis de Almería