"Por eso la primera morada, en la que se entra por la puerta de la oración, es la morada del conocimiento de uno mismo. Conocimiento de Dios y conocimiento de sí mismo se sostienen mutuamente.. Por el conocimiento de nosotros mismos nos acercamos a Dios".
Cerrar los ojos, situarse aparte, al menos en espíritu, y estar allí sólo para Dios, libre de las cosas y de las personas. Es dentro de uno mismo, en lo más profundo de uno mismo donde se encuentra la fuente de la oración y de la meditación religiosa, al igual que la fuente de la filosofía. Aventurarse dentro de uno mismo, arriesgarse a encontrar desorden, "la casa sin hacer", la pobre verdad de una criatura en camino, de un pecador...
La filosofía que Edith practica la ha preparado bien para comprender los consejos de santa Teresa: en todos los ámbitos hay que agarrar las cosas de raíz. La oración "sacerdotal" de Jesús es la única ocasión de penetrar larga y profundamente en el secreto del diálogo de Jesús con su Padre.
Se ve con claridad que la ruptura aparente con el mundo exterior y con los demás no es ni huida ni rechazo. Es tomar distancia o, más exactamente. situarse en perspectiva: Jesús reza por sus hermanos a solas con su Padre. Así se sitúa en el punto de vista que contiene todos los puntos de vista, el del Padre, creador de los hermanos y de las cosas.
En conclusión, entrar en el interior de uno mismo es lo sano y lo normal, y la escapada incesante hacia el exterior es lo patológico. María, templo del Espíritu, guarda en su corazón cada palabra del Padre y cada palabra del Hijo. Ella es el modelo de tantas mujeres y hombres que escogen la conversión interior, la renovación de la vida interior para seguir al Señor y, con Él , ir al encuentro de los pobres, de los desorientados, de los perdidos, de todos aquellos que, precisamente porque están "fuera de ellos mismos", se ahogan en la superficie de una vida de "nadas".
La oración "solitaria" es de todo menos solitaria: es el camino regio para construir la verdadera comunidad, la solidaridad profunda con toda la humanidad.
15 días con Edith Stein (Teresa Benedicta de la Cruz).
Michel Dupuis.
Resumen del día primero.