LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


lunes, 21 de mayo de 2012

LA FRATERNIDAD


"Y después que el señor me dio hermanos, nadie me enseñaba qué debería hacer,sino que el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo Evangelio" (Testamento 14-15).

Cuando fue llamado por Dios para convertir el corazón y seguir fielmente a Jesucristo, no había pensado sino que se trataba de una llamada individual y personal. Y el Señor Dios quiso que tuvieran como padre y maestro al pobre e iletrado Francisco. Los hermanos constituyen un don y una gracia que el buen Dios le había regalado a Francisco para que, con ellos,formara una nueva comunidad donde lo fraterno era expresión del amor con Dios amaba a sus hijos. 

Si el Padre es quien los había elegido y enviado, no era más que para llevar a cabo una misión, que no era otra sino la del mismo Jesucristo: hacer la voluntad del Padre viviendo conforme al Evangelio con sencillez, pobreza y humildad. Ellos serían los menores. En el centro de la fraternidad estaría Cristo; Él es el hermano mayor, el auténtico guardián y ministro de los hermanos.

Cada uno de los hermanos debe descubrir la presencia de ese Hermano Mayor en el corazón de cada uno de los miembros de la fraternidad. Cristo te puede también hablar mediante el hermano que  ha puesto en tu camino. El hermano, en definitiva, era signo sacramental de la presencia de Cristo. La fraternidad es el conjunto de los hermanos que viven para el Señor, que tienen como referencia el Evangelio de Jesucristo, que desean seguir en el carisma que había recibido de su padre y fundador. El origen de la fraternidad franciscana está en el experiencia de Dios.

El hermano nunca ha de olvidar que si lo ha traído Dios a esta fraternidad, es para que muestre a sus hermanos el rostro bendito de Aquel que lo ha elegido. Al entrar en la fraternidad, también los hermanos adquirían un derecho: el de tener un hermano mayor que los dirigiera y orientara para que su vocación no sufriera desviación alguna y permanecieran siempre fieles a aquello que habían prometido al Señor.

La fraternidad será para Francisco su gloria y su cruz, su gozo y el origen de no poco sufrimiento. Era una alegría ver la unidad de los hermanos, el bien que hacían a las gentes con la predicación del evangelio y el testimonio de aquellos primeros hermanos que fueron martirizados en tierras de infieles. El Señor me hizo pobre para que sirviera a los pobres y alcanzar la felicidad de saber que es a Jesucristo  y a los hermanos de Jesucristo a los que sirvo. El superior sería guardián, como el ángel custodio, que acompaña y mira por el bien de los hermanos.

El Señor nos ha llamado para que formemos una comunidad de hermanos en la que el mandamiento nuevo sea la inspiración permanente de aquellos que quieren seguir fielmente a Cristo pobre y crucificado.

15 días con  Francisco de Asís. Card. Carlos Amigo Vallejo.
Resumen del  duodécimo día.

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