LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


miércoles, 9 de mayo de 2012

VI DOMINGO DE PASCUA. EN EL CENTRO DEL MENSAJE: PALABRAS SOBRE EL AMOR.


Nos acercamos hoy al corazón del mensaje de Jesús y a la motivación más profunda de toda su vida. Tanto el evangelio como la primera carta de san Juan, con un enfoque de fondo plenamente coincidente, nos hablan del amor. El amor de Dios no conoce fronteras, el salmo responsorial acaba de completar este cuadro al afirmar que el Señor es fiel y por eso no puede olvidarse de su misericordia hacia Israel. 

El acontecimiento narrado en la primera lectura es determinante  no sólo para la Iglesia de los orígenes, sino también para la Iglesia de todos los tiempos. En cierto sentido, es un modelo de lo que debe ser la apertura de los cristianos al designio de Dios. En efecto, es el mismo Espíritu de Dios, el que con una triple visión impulsa a Pedro a salir de su concepción restringida para abrirse a la universalidad de la salvación que el sacrificio redentor de Cristo ha adquirido para toda la humanidad, no solo para Israel. Esta novedad consistirá, en el caso de Pedro, en anunciar a todos la Palabra que Dios ha confiado a los hijos de Israel. 

En la segunda lectura (1Jn 4,7-19) comienza la magna reflexión sobre la caridad, que marca la cima de esta carta. Dios es la fuente del amor. En consecuencia, quien ha brotado de esta fuente y permanece unida a ella vive del amor y difunde el amor. "Dios es amor": esta revelación del rostro de Dios no es una afirmación especulativa, sino la experiencia de una historia de la que Juan es testigo directo y cada cristiano llega a serlo también cuando entra en la comunión eclesial, así como también en la intimidad de su propio corazón. El amor no es una realidad para explicar: Dios ha revelado su amor a través de su obrar, de su "desmesurada caridad", que le ha llevado a dar al hombre a su único Hijo, el cual a su vez ha entregado su propia vida expiando con la muerte el pecado del hombre. Su ofrenda es en verdad como la semilla que, una vez caída en tierra, produce mucho fruto. El amor no existe si no se manifiesta. El rostro amante de Dios nos ha sido revelado por el rostro de dolor y de gloria de Cristo

El evangelio de hoy continúa el del domingo pasado. Su novedad está en los vv. 13 al 16. Con un amigo hay cariño y conocimiento mutuo; existe confianza para compartir en profundidad la vida. En cambio, la relación con el siervo se basa en un contrato. Amar es ser amigos. Sois mis amigos porque así os llamo yo. Sois mis amigos porque os he abierto de par en par los secretos del Padre. No sois siervos, excluidos de la intimidad, sino amigos invitados a compartir las confidencias. También aquí la gratuidad, la iniciativa, el don de la vida. Somos amigos porque Cristo ha dado la vida por nosotros. Se habla de una corriente de amor que comienza en Dios y a través de Jesús llega a sus discípulos, que son amados en la misma medida en que él es amado por el Padre. Jesús invita a dar un paso más y a prolongar esta corriente de amor pidiendo a los suyos que se amen mutuamente con el mismo amor con que él los ha amado. Sin el amor a Jesús, que se manifiesta en la observancia de sus mandamientos, la persona se excluye del movimiento trinitario y comienza a encerrarse en sí misma, perdiendo la capacidad de recibir y comunicar a Dios.

Nuestro testimonio en el mundo, nuestra misión en la sociedad de hoy. Vivir según la lógica de Dios que nos amó primero, que ama a todos y a cada uno, que perdona y salva. Que nadie quede excluido, porque Dios no excluye a nadie; es Padre de todos. El que es Amor para todos, nos dice que nos amemos también los unos a los otros, sin vetos posibles, sin exclusiones ni particularismos, en la dimensión concreta del hermano que pasa al lado.

Que nos acompañe en esta misión y nos proteja siempre la Virgen María, como madre y estrella de nuestra vida y de nuestra misión como cristianos ante el mundo.


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