LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


miércoles, 16 de mayo de 2012

EL SEÑOR TE DÉ LA PAZ


"El Señor me reveló que dijésemos el saludo: el Señor te dé la paz" (Testamento 23).

El Señor había bendecido a Francisco con el don de la paz. Tenía que compartirla con los demás, llenar el corazón de todos los hombres y mujeres del mundo con un beneficio tan grande y que les hiciera gustar la bondad del Señor. Sufría de ver que los hombres no eran felices porque en sus deseos anidaba el odio, la venganza, el rencor, la desavenencia...

La paz es expresión de una convivencia reconciliada gracias al amor benevolente que Dios pone en el espíritu de cada hombre. ¡El Señor te dé la paz! No era simplemente un saludo; era una súplica, una oración, un dirigirse a Dios para que dejara caer su favor sobre aquellas personas con las que hablaba Francisco. Él sería heraldo de la paz, mensajero de la paz, defensor de la paz. Sabía muy bien que solamente con la paz el hombre podía encontrarse con Dios y con sus hermanos.

Si tienes el corazón lleno de paz, hablarás con palabras y gestos de paz. No se puede predicar la paz con la violencia. No se puede construir un reino de justicia, de amor y de paz, sino es por esos mismos caminos del reconocimiento del derecho que asiste a los demás.

Este anuncio y propósito de conseguir la paz tiene sus condiciones.  La primera de ellas es liberar el corazón. Solamente un corazón auténticamente libre puede ser artífice de paz. Francisco es el hombre completamente libre, en su corazón no había más que el deseo de agradar a Dios en todas las cosas.

Respetar a la persona, hacerle ver su dignidad, procurar el reconocimiento de los derechos que le asisten, hacerle ver su responsabilidad en la construcción de un mundo más pacífico. Una paz sin este respeto a la persona es una paz imposible. Francisco estaba convencido de que solamente Dios puede llenar los deseos insondables del hombre para la felicidad completa.


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