LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


viernes, 14 de febrero de 2014

Por encima de todo está la vida humana. Don sagrado

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La vida humana es un don y es sagrada, desde su concepción hasta su muerte natural. En el drama del aborto, estamos ante una cuestión de conciencia sobre la vida y no de lo que la mentalidad dominante llama “derechos de la mujer”. Madre Teresa de Calcuta decía que si una madre es capaz de abortar al hijo que lleva en su vientre, cómo podrá defender la vida de otra persona. El drama del aborto deja heridas de por vida en la mujer, la pérdida irreparable de un hijo que no ve la luz y el negocio que a su alrededor se mueve. La vida está por encima de todo. Nosotros no nos la damos y no nos hacemos a nosotros mismos. El Señor nos ama desde la eternidad y nuestra concepción y nacimiento es un signo de su predilección por cada uno de nosotros.

Ofrecemos las palabras que sobre este drama y con motivo del Anteproyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos de la mujer embarazada ha expresado la presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre. Asimismo, recuperamos un extracto de la Nota de prensa de la Conferencia Episcopal Española en la que se señala el pronunciamiento de los Obispos españoles referida al don
sagrado de la vida, tras su última Comisión Permanente, el pasado 30 de enero.

“Cada árbol da sus frutos. Y la sociedad española puede ver quién es cada quién y qué motivos los mueven. Algunos quieren cerrar el debate cuando la verdad aflora y poner punto final, amenazando y vociferando cuando se levanta la voz ante una injusticia que ya dura demasiado. Pero el debate está más vivo
que nunca y no se puede mirar hacia otro lado. Hay cuestiones innegociables y una de ellas es la vida humana y su dignidad. No están al mismo nivel el embarazo y el aborto. No son opciones igualmente válidas, ante las que una mujer puede decidir: acabemos con esa falacia. No es que ahora sí y en según qué casos, depende. El aborto es quitar la vida a un inocente y la realidad no cambia porque lo hagan ricas o pobres, de derechas
o de izquierdas, porque se haga en España o se cruce la frontera. Es urgente devolver cuanto antes los derechos robados a tantas criaturas inocentes y ayudar a sus madres cuando lo necesitan. Es hora de enfrentar a la cultura de la vida y la de la muerte, descubrir sus entrañas y comprobar los resultados. Y es hora de comprometerse a dar soluciones positivas a los problemas de las mujeres embarazadas, tanto en el ámbito social y económico, como en el médico. Hay tratamientos, soluciones y recursos que pueden aplicarse en cada caso y descubren que el ‘conflicto’ entre la vida de la madre y el hijo, raras veces existe y si existe, nunca se soluciona con el aborto provocado.

No tengamos miedo a profundizar en estos puntos. Nos sorprenderemos de cómo la cultura de la vida da respuestas coherentes, civilizadas y humanas absolutamente en cada circunstancia. El fruto de defender la vida son caras felices, esperanzas recuperadas, dolor a veces por las vidas no salvadas y fotos de niños y madres de todo color y condición que alegran no sólo las paredes y corazones de las asociaciones provida, sino las vidas de miles de mujeres y de hombres. Pero, ¿pueden los abortistas mostrar las fotos del resultado de un día de ‘trabajo’? ¿Por qué se revuelven furiosos cuando se toca este tema? ¿Por qué desvían el debate hacia derroteros subjetivos que tapan con amenazas y con viejas estrategias que ya no engañan a nadie? ¿Qué beneficios trae el aborto para el hijo o para la madre, para los médicos o la sociedad? ¿Quién gana algo que no sea el negro dinero y el poder para los que se lucran con el negocio? ¿Dónde quedan la ciencia y la conciencia?”.

Alicia Latorre

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