"...Cuando arrodillado delante del sagrario, y en el silencio de la noche, gimo y lloro como el siervo sediento. Entonces es cuando veo que sólo en Cristo se halla descanso... Lo que únicamente puede apagar nuestra sed: Cristo...¡Hermano, hermano, ama a Cristo! Lo demás ¿qué más te da?
El Hermano Rafael
El Hermano Rafael
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