Sin la oración, la caridad no sería caridad, sino simple filantropía o insulsa bondad natural. El secreto de esta santidad: abandonarse en María. Hacer que crezca la Iglesia significa contribuir a la edificación del único Cuerpo de Cristo hasta que llegue el nacimiento, hasta la madurez del Señor. Del mismo modo, en el crecimiento del corazón en cada cristiano y en el seno de la Iglesia, María y la Ecclesia deben ser consideradas como una única imagen.
El cristiano tiende a imitar a Cristo, no por sí mismo solamente, sino por los demás. Por ellos se convierte en apóstol de la verdad de Cristo, según la gracia que le ha sido conferida y en lugar que le corresponde en el mundo. Un cristiano se convierte en "madre de Cristo" también y sobre todo formando y engendrando a Cristo en el corazón de su prójimo.
María, con los brazos abiertos en un gesto maternal, contrapunto de esa figura de la Iglesia, parece decir: esta sangre, derramada por el corazón traspasado, transmite desde ahora el Espíritu a la Iglesia; es la sangre formada en mi corazón, que me convierte en la madre de Cristo místico ( es decir, madre de la Iglesia).
Danos tu corazón de Madre, un corazón que escucha y medita con asombro la Verdad del amor de Cristo por nosotros, sus hijos. Como escribía Grignion de Montfort, "María es el camino más corto para ir a Jesús".
15 días con Juan Pablo II. Francesco Follo.
Resumen del cuarto día.
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