"Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Sé mi guía en todo".
Te recibo como mi todo. Vivió esta "propiedad" no como una posesión egoísta, no como una "idolatría", sino como una gracia que despliega la libertad y la alegría.
María, acogida en la intimidad, se convierte en ese don gratuito que le hizo al Papa ser audaz. La vida exige coraje ( en latín, cor agere, actuar con el corazón); pero el corazón debe estar rebosante de un amor verdadero y de una gracia grande para sostener dicha vida. Esto, Juan Pablo II lo recibió de María, a la que había acogido en él como a su todo.
Ella que recibió el anuncio del ángel para acoger al Hijo de Dios, recibió de su Hijo el anuncio para acogernos a nosotros, sus hijos. Ella, que recibimos en nuestra casa, nos educará como una madre para decir "sí" a Dios. dios no impone la salvación. La propone como una iniciativa de amor, y lo que importa es responder libremente, motivados también por el amor.
María no abandonó mediante un acto libre y consciente a la iniciativa de Dios, que cumplió en ella sus "maravillas". Dios tienes sobre cada uno de nosotros un proyecto; nos dirige a cada uno una "llamada". Lo importante es que sepamos reconocer esa llamada, acogerla y serle fiel.
15 días con Juan Pablo II. Francesco Follo.
Resumen del tercer día.
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