LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


martes, 9 de octubre de 2012

DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO


Los bienes a la luz de los valores del Reino

El texto del evangelio, centrado en el uso de los bienes, forma parte del bloque que dedica san Marcos a desarrollar el tema de los valores que facilitan el conocimiento de Jesús (negarse a sí mismo, tomar la cruz, humildad, espíritu de servicio, austeridad) y de los antivalores que lo dificultan (egoísmo, orgullo, apego a las riquezas). Conocemos con la cabeza, pero ésta está muy condicionada por los valores o antivalores que hay en el corazón.

En tiempo de Jesús dominaba en el ambiente religioso la idea de que los bienes eran señal de la bendición de Dios, y consiguientemente los ricos eran los primeros en el futuro Reino de Dios. Jesús lo niega rotundamente a la luz de la llegada del Reino de Dios, que ha trastocado todos los valores, por lo que muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros. Los pobres no son los últimos sino bienaventurados ante la llegada del Reino.

Los bienes han sido creados por Dios y son buenos, pero como medios para vivir y para uso de todos.  En el AT se condena el uso antisocial, como robar bienes, acumular bienes en detrimento de los necesitados y en algunos libros, como Eclesiastés, se relativiza su uso, pues realmente no dan la felicidad.  Jesús reitera estos juicios y condena el absolutizar los bienes, pues ni dan la felicidad y, por otra parte, dificultan e imposibilitan moralmente la adquisición de los verdaderos bienes, como es la vida filial y fraternal que ofrece el Reino de Dios (1ª lectura). Por ello pide a sus discípulos la austeridad y el compartir. Austeridad consistente en emplear tanto cuanto sea necesario para el propio desarrollo, sin crearse necesidades  falsas, y compartir el resto.

El relato del evangelio presenta un caso concreto. Una persona pregunta qué tiene que hacer para heredar la  vida eterna. La pregunta está formulada correctamente, pues la vida eterna es un don de Dios que se hereda, lo que implica regalo pero, por otra parte, hay que actuar para hacer efectiva la herencia. Hoy día, el que recibe una herencia tiene que moverse en notarios y burocracia para hacerla efectiva. Jesús responde con los mandamientos relacionados con el prójimo, lo que equivale a decir, no hagas daño a nadie. Esto es necesario para todos. Cuando la persona le dice que ha cumplido los mandamientos desde pequeño, tiene lugar algo importante: Jesús se le quedó mirando con cariño y como consecuencia de esta mirada le ofrece una vocación especial: vivir los mandamientos en el seguimiento físico de Jesús lo que implica que deje sus bienes y los comparta con los pobres. 

El invitado frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Los bienes le han impedido aceptar la vocación de Jesús. Jesús comenta el hecho:  los bienes crean fácilmente tal apego a ellos que impiden la entrada en el Reino, es decir, en la vida filial y fraternal propia del Reino, pero con la gracia de Dios se puede superar, porque Dios lo puede todo. Finalmente comenta el hecho de dejar los bienes y familia por el seguimiento físico de Jesús: ahora recibirán una nueva familia en la comunidad cristiana, aunque con persecuciones, pues el hecho de seguir a Jesús no libera de las dificultades que sufrió el mismo Jesús, al que se sigue, y después vida eterna, que era lo que quería la persona que preguntaba. El seguimiento de Jesús es un medio privilegiado para heredar la vida eterna.

Vivimos una crisis económica enraizada en una crisis moral, causada por personas e instituciones sin escrúpulos que absolutizan las riquezas y pisotean los derechos de millones de personas. La solución a esta crisis implica también cuestionar todos los antivalores que la han provocado para que no se repita. Si no se hace, volverá a aparecer.  La palabra de Dios, que ilumina nuestra vida (2ª lectura),  invita hoy a la comunidad cristiana a revisar su postura ante los bienes y ante la actual crisis que vivimos.

La celebración de la Eucaristía es presencia del Reino de Dios, que alimenta la vida filial y fraternal y capacita para heredarla plenamente.

Antonio Rodríguez Carmona
Sacerdote de la diócesis de Almería

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