Anda acá, pastor
a ver al Redentor.
– Anda acá, Minguillo,
dexa tu ganado,
toma el caramillo,
çurrón y cayado,
vamos sin temor
a ver al Redentor.
–No nos aballemos
sin llevar presente;
mas, ¿qué llevaremos?
Dilo tú, Lloriente,
¿qué será mejor
para el Redentor?
–Yo quiero llevarle
leche y mantequillas
y, para empañarle,
algunas mantillas,
por ir con amor
a ver al Redentor.
–Con aquel cabrito
de la cabra mocha,
darl’é algún quesito
y una miga cocha,
que terná sabor,
sabor al Redentor.
–No piense que vamos
su Madre graciosa
sin que le ofreçamos
más alguna cosa,
qu’es de gran valor,
madre del Redentor.
–En cantares nuevos
gozen sus orejas,
miel y muchos huevos
para hazer torrejas,
aunque sin dolor
parió al Redentor.
Juan del Enzina
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