“Cuando nos sentimos tristes, defraudados por nosotros mismos, por los demás y por las cosas, pensemos que Jesús es glorioso, que está sentado a la derecha del Padre, bienaventurado por siempre, y que si lo amamos como debemos, la suma felicidad del ser infinito debe arrasar infinitamente en nuestras almas sobre la tristeza que procede de los males de los seres finitos, y que, en consecuencia, ante la visión de la felicidad de nuestro Dios, nuestra alma debe entrar en el júbilo y las penas que la angustian deben desaparecer como las nubes ante el sol”.
Carlos de Foucauld
Carlos de Foucauld
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