Dame, Señor, tu mirada
y pueda yo ver desde ahí
el día que empieza, el sol que calienta
y que cubre los montes de luz.
Dame, Señor, tu mirada
y que pueda gozar desde ahí
que el día declina
y anuncia las noches de luna
cuando viene abril.
Dame, Señor, tu mirada.
Grábala en el corazón
donde tu amor es amante,
tu paso constante, tu gesto creador.
Dame, Señor, tu mirada
y entrañas de compasión.
Dale firmeza a mis pasos,
habita mi espacio
y sé mi canción.
Dame, Señor, tu mirada
y entrañas de compasión.
Haz de mis manos ternura.
Aquí estoy, Señor.
Ponme, Señor,
la mirada junto al otro corazón
de manos atadas, de oculta mirada,
que guarda y calla el dolor.
Siembra, Señor, tu mirada
y brote una nueva canción
de manos abiertas, de voz descubierta
sin límite en nuestro interior.
y pueda yo ver desde ahí
el día que empieza, el sol que calienta
y que cubre los montes de luz.
Dame, Señor, tu mirada
y que pueda gozar desde ahí
que el día declina
y anuncia las noches de luna
cuando viene abril.
Dame, Señor, tu mirada.
Grábala en el corazón
donde tu amor es amante,
tu paso constante, tu gesto creador.
Dame, Señor, tu mirada
y entrañas de compasión.
Dale firmeza a mis pasos,
habita mi espacio
y sé mi canción.
Dame, Señor, tu mirada
y entrañas de compasión.
Haz de mis manos ternura.
Aquí estoy, Señor.
Ponme, Señor,
la mirada junto al otro corazón
de manos atadas, de oculta mirada,
que guarda y calla el dolor.
Siembra, Señor, tu mirada
y brote una nueva canción
de manos abiertas, de voz descubierta
sin límite en nuestro interior.
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