LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


martes, 2 de abril de 2013

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA




Testigos de la resurrección.
El Evangelio nos presenta hoy en un apretado abanico los dones pascuales que nos ha conseguido Jesús resucitado: el Espíritu Santo, el perdón de los pecados, la paz, la alegría.
Nos ha traído el Espíritu Santo, que nos ha incorporado a Jesús resucitado, nos ha dado vida nueva, nos ha dado ojos y corazón nuevos, nos fortalece en la fe y en amor y nos acompañará hasta la meta final.
Con el Espíritu nos ha traído el perdón de los pecados, con el que recibimos amnistía de todas nuestras faltas y podemos estrenar corazón de carne, nuevo, capaz de amar y actuar como hijos de Dios.
Con ello nos ha traído la paz, chalom, armonía¸ la verdadera armonía con todo lo existente: hijos de Dios y hermanos entre nosotros
Con ello también  nos  ha traído la verdadera alegría, participación de su alegría, cuyo fundamento es la certeza de que él y el Padre nos aman, nos ofrecen un futuro, nos acompañan, y nos harán compartir su gloria. Es la alegría de tener una vida con sentido, incluso en las dificultades y el dolor.
Nos ha encomendado la misión de anunciar como testigos estos dones a todos los hombres.
Somos enviados en calidad de testigos de la resurrección. Testigo es el que ha visto y experimentado y lo dice. Por ello nuestro testimonio tiene que primariamente eminentemente vital: se nos tiene que notar en nuestra vida que somos  gente alegre, y pacificada, personadas que han recibido el Espíritu  y el perdón. Y además debemos darlo a conocer.
La alegría cristiana es participación de la alegría de Jesús, a su vez participación de la alegría del Padre, el Dios de mi alegría. Jesús quiere que la compartamos plenamente;  por ello la pide al Padre: Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos plenamente mi alegría (Jn 17,13), y no indica el camino, el mandamiento nuevo:  “ Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud” (Jn 15,9.11). Un cristiano triste es un antitestimonio.
Otro signo testimonial importante es la paz, don de Dios, que ha creado en nosotros la verdadera armonía se der y sentirnos hijos y hermanos. Y con la fuerza del Espíritu la capacidad de vivirlo con alegría, aceptándonos y aceptando a los demás. El cristiano es una persona interiormente pacificada y creadora de paz. La persona incordiante es un antitestimonio. Como creadora de paz el cristiano con la ayuda del Espíritu ha de dar testimonio denunciando con audacia todas las situaciones injustas contrarias al plan de Dios sobre los hombres.
La celebración de la Eucaristía es el momento fuerte de la experiencia del resucitado, que fortalecerá nuestra alegría y nuestra paz.
Antonio Rodriguez Carmona
Sacerdote de la diócesis de Almería

No hay comentarios:

Publicar un comentario