LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


viernes, 17 de febrero de 2012

DOMINGO 7º DEL TIEMPO ORDINARIO: JESÚS CURA A UN PARALÍTICO

Escuchamos textos litúrgicos de gracia y esperanza. En ellos se manifiesta un Dios que no queda fijo en el pasado, sino que reitera su promesa de renovación y salvación. Es el Dios del perdón y de la promesa, que bendice el presente y estimula el futuro.

En aquel tiempo la gente pensaba que la enfermedad era la consecuencia de algún pecado propio de los padres. Sin embargo, lo que Marcos subraya no es la relación entre pecado y enfermedad, sino el poder de la fe, que es capaz vencer todos los obstáculos.

las autoridades religiosas de Israel defienden que son ellos los guardianes de la ley y de las tradiciones y, por tanto deben ocuparse de los pecados del pueblo a través del perdón otorgado en el templo. Jesús, como representante de la soberanía divina, dice que sus acciones son voluntad de Dios y se atribuye la prerrogativa divina de perdonar pecados. La forma de actuar de Jesús revela quién es. Jesús, el Hijo de Dios, no se muestra indiferente ante esa fe. Jesús perdona y cura al paralítico. Los portadores de la camilla en pasaje recuerdan a las personas que son mediadoras, que nos llevan a Dios.

Los escribas se dan cuenta de ello: el poder de perdonar los pecados es exclusivamente divino. Pues bien, Jesús se arroga dos potestades, una de las cuales, la de curar, es signo de la otra, la de perdonar los pecados. El perdón de Dios significa que Dios no vuelve a acordarse más de los pecados y da un nuevo ser. Hace olvidar el pasado del que ya no hay que volverse a acordar.

El camino que tenemos por delante no es fácil. Son muchas las parálisis que acosan nuestra vida, la de nuestra sociedad. Hay impedimentos internos y externos, personales y sociales... Por eso es necesario elevar al cielo nuestra voz. Jesús sabrá decirnos como al paralítico: "Levántate" para que nosotros podamos levantar a otros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario