LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


sábado, 14 de abril de 2012

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA. PRESENCIA DE CRISTO, CERTEZAS Y COMPROMISOS DEL CRISTIANO.



Hay que tener la mirada puesta constantemente en Cristo Resucitado, si queremos que esta expresión no sea retórica, sino experiencia cotidiana. Del misterio de la Pascua, de la victoria de Jesús nos quedan las tres certezas entre las que los exégetas debaten para apurar las consecuencias del misterio: el sepulcro que quedó vacío, el anuncio que recibieron las discípulas y discípulos del Señor, las apariciones del Resucitado.

Jesús no se quedó en el pasado. Está presente, nos acompaña. Nuestra relación con Él, aunque velada por el misterio, tiene la evidencia de la fe, para que la que Jesús pronuncia la más bella de las bienaventuranzas en el evangelio de hoy: "Dichosos los que crean sin haber visto".

Desafía la incredulidad de Tomás, el discípulo que a su vez había desafiado a que Cristo se dejara ver y tocar. Discípulo incrédulo, pero inteligente, intérprete de nuestras dudas y nuestros deseos.

Para afirmar la resurrección de Cristo hay que ser testigos. Y a Tomás, el discípulo que confiesa la divinidad y el señorío de Jesús, le agradecemos que haya forzado al principio la evidencia de la Resurrección. El relato insiste en que "no estaba con ellos cuando se apareció Jesús". De este modo el evangelista indica la importancia de la comunidad como lugar privilegiado para vivir e interpretar la experiencia pascual. Para Tomás, esta se produce cuando se reintegra a la misma y desemboca en una confesión de fe.

Y la fe produce frutos de vida nueva. Al límite de la utopía, como nos recuerda la lectura de los Hechos de los Apóstoles, la comunidad cristiana vive en la unidad de un mismo pensar y un mismo sentir, los bienes se ponen en común como una exigencia de caridad, una lógica conclusión del valor supremo de los bienes de la fe y de la caridad, por encima de los egoísmos de las posesiones.

Necesitamos, como hizo con sus primeros discípulos, que él nos libere de nuestros miedos y nos comunique su Espíritu para poder ser sus testigos. En Tomás vemos reflejadas las disficultades que tenemos para creer. La incredulidad de Tomás deja paso a la adoración "Señor mío y Dios mío".


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