Jesús Abandonado es, pues, el camino recto a la santidad porque provoca la unidad con el Santo. De modo que bastaba con mirarlo a Él, vivir como Él en cada momento, y lo tendríamos todo hecho.
Pero como Dios es amor, cada palabra es caridad. En aquel tiempo que creemos haber descubierto la caridad detrás de cada palabra. Y cuando una de estas palabras caía en nuestras almas, nos parecía que se transformaba en fuego, en llamas, se transformaba en amor. Podíamos afirmar que nuestra vida interior era toda amor.
Otra cosa que hemos experimentado nosotros, es que la Palabra, esas Palabras que se pueden vivir... contienen en cierto modo la presencia de Jesús muerto y resucitado. Eso es un descubrimiento que hacemos al vivir la Palabra de Dios.
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