Te vas manifestando
de mil formas, Señor:
en el encuentro,
en la confidencia;
en el llanto y en el gozo,
en la flor y en la nube;
en la escucha y en la palabra,
en el silencio y en la noche;
en la amistad compartida
y en la mirada intuida.
En el rostro amoroso
del corazón conocido,
y en los rasgos sufrientes
En el arduo trabajo,
en las horas de fuego,
y en el fresco descanso
del reposo ofrecido.
Te vas manifestando
de mil formas, Señor,
pues en todo te encuentras
Eres el corazón, el aliento,
el núcleo y el centro de la Creación.
Haz Señor que bajemos de la nube,
y que sepamos descubrirte
reconocerte siempre
y amarte en todos,
y en especial en tus predilectos
los que más sufren.
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