Voy a
rezar por todos y cada uno de vosotros
pues, sé muy bien, que en el silencio y en la soledad os tendré a todos, sin yo saberlo, con nombre y apellidos delante
de un DIOS que, sin abrir yo mis labios, sabrá de antemano por el amor que le profeso lo que le llevo en mi corazón guardado.
Voy a estar con el que, desde hace muchos años, sé que me quiere tal y cómo soy.Voy a descubrir, ahora con más fuerza, lo que, de mi puño y letra, brotó en horas de contemplación, reflexión, estudio y pensamiento: Él es mi DIOS y a Él le adoraré hasta mis últimos días. Él es mi SEÑOR y he intentado guiar su barca. Él es mi ESPÍRITU y, conoce muy bien, que esta hora estaba marcada certeramente y con exactitud en su reloj divino.
Voy, con mis sandalias de pescador desgastadas tras haber recorrido con dificultades y debilidad los caminos del mundo gozoso y sufriente. Voy, sin mi cayado, porque bien sé que necesita de manos más vigorosas y con más salud vitalidad corporal que os indiquen en tiempos de combate y de cambios los apriscos y senderos que conducen al Evangelio.
Voy,
más no huyo, sino que cumplo una y otra vez lo que ha sido la clave de mi consagración al Creador: por amor y obediencia fui....y por amor y obediencia me voy.
Me voy, pero detrás de mí se queda Aquel por el que intenté serviros como padre, amaros como pastor, enseñaros como maestro e iluminaros desde el Espíritu.
Me voy...pero queda la gran obra del Señor: su Iglesia. Por su bien, por ella, con ella y en ella me voy y estoy.
JAVIER LEOZ
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