LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


domingo, 4 de diciembre de 2011

Iglesia, cómo te quiero




“Qué discutible eres, Iglesia, y, a pesar de todo, ¡cómo te quiero!

Cuánto me has hecho sufrir y, a pesar de todo, ¡cuántas cosas te debo!

Querría verte destruida y, en cambio, necesito tu presencia.

Me has escandalizado mucho y, no obstante, me has hecho comprender la santidad.
No he visto en el mundo nada más oscurantista, más comprometido, más falso y no he tocado nada más puro, más bello y generoso.

Cuántas veces he deseado cerrarte a la cara la puerta de mi alma, y cuántas veces he pedido poder morir en tus seguros brazos.

No, no puedo desentenderme de ti, pues soy tú, no siendo completamente tú.

Y después…. ¿a dónde iría? ¿A construir otra?
Pero no podré construirla si no es con los mismos defectos, con los míos que llevo dentro.

Y si la construyo será la mía, mi Iglesia, pero no la de Cristo.

Ya soy suficientemente mayor para entender que no soy mejor que los demás…

He aquí el misterio de la Iglesia de Cristo, verdadero misterio impenetrable.

Tiene el poder de darme la santidad y está formada de pecadores, del primero al último y ¡qué pecadores!
Tiene la fe omnipotente e invencible de renovar el misterio eucarístico y está compuesta de hombres débiles que están perplejos y se debaten cada día contra la tentación de perder la fe.

Lleva un mensaje de pura transparencia y está encarnada en una masa bruta, como es bruto el mundo.

Habla de la dulzura del Maestro, de su no-violencia, y en la historia ha enviado ejércitos a destruir infieles y a torturar herejes.

Transmite un mensaje de evangélica pobreza y busca dineros y alianzas con los poderosos.

No, no me voy de esta Iglesia fundada sobre una piedra tan débil, porque fundaría otra encima de la piedra más débil todavía, que soy yo”.

                                                         Carlo Carretto



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