El hombre ha sido creado libre, es decir, capaz de amar, y en cierto modo, ha sido creado "inacabado". Edith Stein llama a esto la auto-constitución de la existencia. Filosóficamente es muy complejo, pero existencialmente es muy evidente: soy lo que llego ser por el juego de circunstancias, pero también en virtud de mis opciones. Se podría decir que mi vida es a la vez "biología" (limitaciones), y "biografía" (el talento).
Se comprende que en todos sus trabajos Edith Stein describe la existencia humana como un taller, un campo de posibilidades, un proyecto al que hay que dar forma, igual que a una obra de arte. Los acontecimientos descubren o revelan una voluntad, un proyecto.
Pero es crucial, para pasar de mí a mí mismo, que yo sepa lo quiero y lo que valgo; dicho esto de otro modo, que el proyecto de mi existencia esté de acuerdo con mis posibilidades más íntimas.
Educar quiere decir llevar a otras personas a que lleguen a ser lo que deben ser. Pero no posible educar sin saber antes qué es un hombre y cómo es, hacia dónde se le debe conducir y cuales son los posibles caminos para ello (La estructura de la persona humana, p. 294).
15 días con Ediht Stein. Michel Dupuis.
Resumen del quinto día
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