LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


martes, 26 de junio de 2012

TODO TUYO


"Soy tuyo, y todo lo mio te pertenece. Te recibo como todo mi bien. Dame tu corazón" (cf. S. Luís María Grignion de Monfort,Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, VII, 216; IX, 266).

El abandono total y filial a la Virgen María, así como la actitud de admiración y alabanza que Juan Pablo II tiene hacia la Madre de Dios y Madre nuestra, no son para el Papa un simple punto de llegada de si vida espiritual, sino la estrella que guía sus pasos. La Virgen está completamente sometida a Dios: nos enseña a Cristo, es decir, nos lo indica y nos lleva a Él.

Cristo es el único maestro que debe enseñarnos, nuestro único Señor, el único del que dependemos; es la única cabeza del cuerpo del que somos miembros vivos. María es madre nuestra más que nuestras madres terrenas, y nuestra devoción por ella forma parte de la dinámica bautismal.

María es la cristiana más santa y más perfecta; se inclina sobre nosotros, sus hijos, con todo su amor maternal a fin de comunicarnos la semejanza con su Hijo. Hay un primer modo de vivir esta consagración, y es recitar el Angelus. El Papa decía esta oración tres veces al día: por la mañana, al mediodía y por la noche. De este modo Juan Pablo II mostró que el sí de María al ángel continuaba con su sí a Cristo.

El don del Espíritu en nosotros es el anuncio que prolonga y se transforma en continuidad de vida. La Virgen abrió sus brazos en una ofrenda de libertad y dijo su fiat. La respuesta de María define a un "tipo" de ser humano: el hombre que se abre a la alianza y la acoge en actitud de abandono y gratitud.

Como Cristo, que se puso completamente en las manos maternales de maría cuando estaba en Belén y en Nazaret. Como cuando fue bajado de la cruz y entregado a su Madre.

15 días con Juan Pablo II. Francesco Follo.
Resumen del primer día

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