LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


miércoles, 21 de marzo de 2012

CUARESMA: LA ORACIÓN NOS UNE A DIOS.

5. La oración como vida y la oración como ejercicio en la vida.

Son muchos los interrogantes que el creyente de hoy se hace en relación con la vida de oración y con ratos de oración en la vida. Hay personas que llevan una vida de entrega, pero no sacan tiempo para el ejercicio de la oración y dicen: ¿por qué tengo que hacer ratos de oración? ¿No basta con llevar una vida buena? Otros por el contrario que se dedican a hacer mucha oración se interrogan ¿no basta con estos ratos de oración? ¿No es suficiente? Ambas maneras de enfocar la vida de oración sería incompleta según se entiende a la luz de la oración teresiana, porque la oración es una relación de amor, de amistad con Dios y por lo tanto no se pueden disociar ambas direcciones o tendencias:

·         La oración-vida: que supone una relación constante y fiel con Dios.

·         La oración ejercicio: que requiere tiempos oportunos dedicados a esta experiencia de encuentro, de escucha de diálogo con el Amigo.
La Santa quiere poner de relieve en ese camino de la oración que no debe ser solamente para ciertos momentos del día, sino que debe de impregnar la vida entera del orante, no solamente cuando ora, sino también después, en la vida normal y cotidiana, en sus quehaceres, en sus actitudes y en su modo de vivir. Porque en la vida real, cuando uno tiene un amigo verdadero, no se pregunta si tiene que dedicarle algún tiempo al día, porque es natural que se busquen para que puedan dialogar de lo que les ha pasado, lo que están viviendo en ese momento, de lo que les preocupa o de sus problemas. Pues la verdadera amistad con Dios, debe llevarnos a buscar esos encuentros diarios y prolongados y valorarlos y aceptarlos como el aire que necesitamos obligatoriamente para vivir.

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