La Cuaresma es un tiempo apropiado para hacer ejercicios de auténtica escucha, de centrarnos en la persona que viene a nosotros, con deseos de hablar, sentirse acogida y escuchada. La verdad que tenemos la necesidad todos, de aprender a escuchar. El saber escuchar es un arte, y por tanto necesita aprendizaje. Aprendamos del único Maestro, que supo acoger, escuchar y amar a todos cuantos se acercabana Él. Éstas son algunas características de la auténtica escucha:
- Escuchar de verdad. A menudo ni siquiera los esposos se escuchan, auque se oigan. Mucho menos son escuchados los niños.
- Hacer silencio. Es necesario hacer un silencio interior, para poder estar bien atentos, a lo que nos están diciendo los demás.
- Ponerse en el lugar del otro. Es decir, pensar en cuál puede ser su situación actual, sus deseos y dificultades.
- Comunicarse con franqueza. No conduce a nada bueno, el ocultar cosas, las reticencias, las verdades a medias.
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