22. Dos veces trabaja el pájaro que se asentó en la liga, es a saber: en desasirse y limpiarse de ella. Y de dos maneras pena el que cumple su apetito: en desasirse y, después de desasido, en purgarse de lo que de él se le pegó.
23. El que de los apetitos no se deja llevar, volará ligero según el espíritu, como el ave a que no falta pluma.
24. La mosca que a la miel se arrima impide su vuelo; y el alma que se quiere estar asida al sabor del espíritu impide su libertad y contemplación.
Comentario personal
S. Juan de la Cruz es un gran maestro en la vida espiritual. Él sabe por experiencia, que cuando uno se pega a algo humano y crea una dependencia, después es difícil de desasirse (despegarse) y además tiene otro trabajo y es purgarse de lo que se le pegó para dejar espacio para el valor que vaya a entrar en nuestra vida. Dos movimientos: desasirse y purificarse.
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