SOLO EL PUEDE DARNOS TANTO AMOR.
Jesús no vino a condenar, sino a salvar loque estaba perdido. Él no te cuestiona:
abre sus brazos y te dice “Te estaba esperando
para abrazarte y llenar el vacío de
tu corazón”. La adúltera no pudo vencer
la tentación y pecó, pero la mirada de Jesús
compasivo suscitó en ella la necesidad
de una relación de amor y confianza.
—¿Te sientes amado y acogido por Jesús,
que te ama tal como eres, como
amó a la mujer adúltera?
—¿Cuál es tu referencia: los criterios de
la sociedad o los de Jesús?
—¿Cómo muestras el rostro misericordioso
del Padre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario