¿Persigues tus sueños, tus metas, tus
objetivos o desistes ante las dificultades,
con facilidad?
¿Eres como ese viñador que tiene la esperanza
de que la vid dé fruto en algún
momento o como aquel que decide cortarla
porque no obtiene lo esperado?
Nunca abandones tus sueños, mientras
creas que puedes lograr tus metas inténtalo
una y otra vez, que nadie te detenga,
cierra tus manos y agarra todos
esos sueños y no lo sueltes; ponlos en tu
pecho como si fuese una joya valiosa, y
guárdala en tu corazón,
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