Los jefes religiosos de Israel están
asustados, su poder se tambalea. Hay
que matar a Jesús por el bien del pueblo...
Y aquel día se tomó la decisión más
injusta de la historia.
La historia se repite: ¿Qué están dispuestos
a hacer muchos poderosos
para no perder su influencia, algunos
ricos para conservar y aumentar sus
posesiones? ¿Qué hacen los países desarrollados
para seguir creciendo económicamente?
Y los cristianos ¿qué caminos
hemos tomado en ocasiones para
“defender el nombre de Dios”? Y cada
uno de nosotros ¿Qué hacemos cuando
vemos amenazado nuestro prestigio,
nuestro relevancia social...? Nadie está
libre de pecado.
¿Qué te dice Dios? ¿Qué le dices?
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