LA NAVIDAD TIEMPO HERMOSO PARA CONTEMPLAR EL MISTERIO DEL DIOS HECHO CARNE

Este espacio quiere ser un ventana abierta al infinito que es Dios o una puerta abierta al finito, que somos cada uno de nosotros. Todos podemos comunicarnos con Él, porque la oración es el medio que tenemos para expresar lo que sentimos en cada momento. Dios que es amor, ha derramado, gracias a la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo, la fuerza y la grandeza de su Espíritu Santo. Santa Teresa de Jesús define la oración: "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama" (V 8,5). No podemos olvidar que Dios nos ha regalado un año nuevo para que lo aprovechemos en bien de los demás y seamos cada uno de nosotros lo que Dios quiere y espera de nosotros. ¡Disfrutemos de esta nueva oportunidad!
DIOS ES AMOR Y NOSOTROS TENEMOS QUE SER REFLEJO DE SU AMOR ALLÁ DONDE ESTEMOS.


martes, 19 de marzo de 2013

SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN


LECTURA DEL DÍA
Jacob engendró a José, el esposo de
María, de la cual nació Jesús, llamado
Cristo. El nacimiento de Jesucristo
fue de esta manera: María, su madre,
estaba desposada con José y, antes de
vivir juntos, resultó que ella esperaba
un hijo por obra del Espíritu Santo. José,
su esposo, que era justo y no quería
denunciarla, decidió repudiarla en secreto.
Pero, apenas había tomado esta
resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo: «José, hijo
de David, no tengas reparo en llevarte
a María, tu mujer, porque la criatura
que hay en ella viene del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su
pueblo de los pecados». Cuando José se
despertó, hizo lo que le había mandado
el ángel del Señor.
Mt 1, 16.18-21.2

REFLEXIÓN
Normalmente decimos mucho más que
hacemos. Prometemos y luego nos quedamos
a mitad de camino. Presumimos
de que nuestras ideas se identifican con
nuestra vida. José es un hombre del
que no se conserva en el Evangelio ni
una palabra suya. Pero sí es un hombre
coherente: su vida habla mejor que sus
palabras.
Cuando llegan sucesos que deshacen
nuestros planes y nos complican la vida,
experimentamos resistencia, nos quejamos,
echamos la culpa a los demás
o intentamos que otros asuman la responsabilidad
que nos toca a nosotros…
José no entiende nada, pero se fía de
Dios: él sabrá el por qué y el para qué
de lo que le pide. Se fía de Dios y se deja
conducir por él. Es fácil fiarse de Dios
cuando todo sale bien, conforme a nuestros
deseos, pero fiarse de Dios cuando
el horizonte se vuelve negro y no vemos
ni entendemos nada de por qué sucede
aquello, es mucho más difícil.
José descubre junto a Jesús y María el
sentido de Nazaret, la grandeza escondida
en lo pequeño, el valor de estar
atentos a la vida, de pasar las cosas por
el corazón, de valorar a las personas por
lo que son, no por lo que aparentan o por
la tarea que realizan, de sacar brillo a lo
cotidiano, de cuidar los gestos de la convivencia,
de vivir con hondura las cosas
sencillas de cada día.

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