Jesús arriesga su vida por las personas
concretas, con nombre y apellidos. Se
entrega por ellas. Judas y Pedro traicionarán
a Jesús. En ellos estamos también
representados nosotros. Judas no
pudo apreciar el gesto de Jesús, Pedro
se dejará llevar por el miedo. En uno y
otro caso, “era de noche”. Vivieron los
momentos más oscuros de su existencia.
Judas lo entregará con un beso. Nosotros
lo entregamos escudándonos en
mil razones para no dar la cara por Él en
la persona de los que sufren.
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