Tú eres el Dios de los pobres
Tú eres el Dios de los pobres,
el Dios humano y sencillo;
el Dios que suda en la calle,
el Dios de rostro curtido.
Por eso es que te hablo yo
así como habla mi pueblo;
Porque eres el Dios obrero,
el Cristo trabajador.
Tú vas de la mano con mi gente,
luchas en el campo y la ciudad;
Haces fila allá en el campamento,
para que te paguen tu jornal.
Tú comes raspado allá en la calle
con Eusebia, Pedro y Juan José;
Tú estás dando vueltas por el parque
y juegas a la pelota con Miguel.
Yo te he visto en un camión de carga,
cortando la caña y el maíz;
Te he visto vendiendo lotería
sin que te avergüence ese papel.
Yo te he visto en las gasolineras
chequeando las llantas de un camión;
Y hasta componiendo carreteras
con guantes de cuero y overol.
C. Mejía Godoy
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